La noche cae, la ciudad duerme, la vida descansa tras los muros de las casas mas en un triste callejon humedo, otea el parque una sombra silenciosa.
La calle muda de madrugada confiesa su desdicha oculta tras la penumbra de un corazón dolorido. Nadie comprende su vida nadie conoce su destino y muy pocos cruzaron su camino y ahí de pie, inmóvil junto a la acera vacía sus pensamientos de aquel inocente que anhela por encima de todo la dulce locura de ser libre.
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