PENSAMIENTOS INCOHERENTES DE LUCEROS INEXPERTOS

Exploradores selenitas

miércoles, 9 de abril de 2008

CAPITULO QUINTO "Que el niño de mi juventud viva eternamente"


(Otra RE-frase)


Nacido entre algodones de tiernos crepúsculos de amores sinceros; clavado frente al reflejo de un sol acostadizo, inmóvil y silencioso permanezco impasible oculto tras mi rostro. Una lágrima florece por la mejilla de mi tenue y enrojecida tez, el corazón ahogado de melancolía se debate enmudecido entre espadas de tristeza sembrando de dudas el campo florecido de amapolas marchitadas.


Despierta su fulgor entre látigos de seda buscando la salida a tan oculto y tenebroso camino. Levanto la mirada en busca de las fuerzas necesarias para apaciguar su tristeza y tras momentos de duda comienzo mi camino inerte bajo el reflejo de la luna; somnoliente y fatigado me adentro en lugares oscuros luchando para alcanzar la victoria en la terrible batalla de la vida.


Mas, tras la tregua proporcionada por la ignorancia, me desola la verdad que transmite el conocimiento humano y herido en mi saber me desplomo ante el deseo de "que el niño de mi juventud viva eternamente"

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